martes, 17 de agosto de 2010

RESOLUCIÓN 1618: LAS PISCINAS Y LOS PELIGROS MICROBIOLÓGICOS

Es posible encontrar una diversidad de microorganismos en piscinas y ambientes similares en aguas recreativas, los cuales logran introducirse por diferentes vías.

En la mayoría de los casos, el riesgo de enfermedad o infección ha sido relacionado con la contaminación fecal del agua. Esta puede provenir de heces producidas por los bañistas (antropogénica), del agua de una fuente contaminada o, en piscinas al aire libre como resultado de la contaminación directa de animales por ejemplo, pájaros o roedores.
La materia fecal contamina el agua cuando una persona tiene una emisión fecal accidental - AFR (por medio de la deposición de heces sólidas o por diarrea) o cuando el material fecal residual en los cuerpos de los bañistas se lava en la piscina.
Muchos de los brotes relacionados con aguas de estanques de piscinas y similares pudieron prevenirse o reducirse si esas instalaciones hubiesen tenido un buen manejo.

La propagación humana no fecal por ejemplo proveniente del vómito, mocos, saliva o piel, en las piscinas o ambientes similares en aguas recreativas es una fuente potencial de organismos patogénicos (causantes de enfermedades). Los usuarios o bañistas infectados pueden directamente contaminar las aguas de los estanques de piscinas o similares y las superficies de objetos o materiales en una instalación con patógenos en particular virus u hongos, los cuales pueden desencadenar infecciones en la piel en otros bañistas quienes entren en contacto con el agua o con las superficies contaminadas.

Algunas bacterias, las más notables, son de origen feca y, pueden acumularse en biopelículas y presentar peligro de infección. Además, ciertas bacterias y amibas acuáticas no parasíticas pueden crecer en las aguas de estanques, en componentes o instalaciones de piscinas y similares o sobre superficies húmedas dentro de la instalación en un punto tal que algunas de ellas puedan causar una variedad de infecciones o enfermedades respiratorias, dérmicas o del sistema nervioso central.
En la mayoría de los casos, el monitoreo de peligros microbianos potenciales se realiza empleando microorganismos indicadores más que con patógenos microbianos específicos, los cuales son fáciles de enumerar y podría esperarse que estén presentes en mayor número que los patógenos.
El papel tradicional de los parámetros indicadores es mostrar la presencia o ausencia de polución fecal en fuentes de abastecimiento de aguas.

HUGO DIAZ. Junio de 2010

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