sábado, 15 de noviembre de 2008

Los riesgos de los bañistas


Panamá, miércoles 11 de junio de 2008

En junio de 2007 se aprobó la ley 5 que regula el oficio profesional del salvamento acuático.



En esta piscina del Hotel La Gaviota, ubicado en Coronado, cuya profundidad es de unas 14 pulgadas, además del niño Fábrega, en el momento del incidente se encontraban otros niños de menor edad.

Ha pasado un mes y aún Katia Fábrega no se recupera de una de las experiencias más duras que una madre puede soportar. Ella vio a su hijo, Alfonso, de nueve años, cuando casi se ahogaba, y cuando trató de salvarlo, la fuerza que ejercía una bomba de succión que se encontraba en el fondo de la piscina en la que el niño se bañaba, no se lo permitió.
“Tengo pesadillas y todavía no asimilo que estuve a punto de perder a mi hijo”, narró. Al recordar lo sucedido, sus ojos se tornan brillosos y su voz se entrecorta. Luego de un profundo suspiro Katia vuelve a recuperar la fuerza que la caracteriza y dice con firmeza: “No me vencerán; llegaré hasta las últimas consecuencias, porque no vamos a dejar que este caso, como tantos otros, quede impune y que no se deslinden las responsabilidades que obliguen a quienes ofrecen este tipo de servicios a realizar los correctivos”.

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